¡Gran día de primavera por Tierra de Campos! Los campos no parecían de tierra, que estaban verdes; unas nubes de gasa filtraban los rayos de sol; el vientecillo te refrescaba… parece que, por esta vez, todos los elementos se habían colocado a favor del ciclista.
Desembocadura del Ahogaborricos
¿Nuestro objetivo? La desembocadura del Ahogaborricos, río humilde como ninguno: nace en la provincia de Valladolid y desemboca a los pocos kilómetros de entrar en la de Zamora; más que un río, es una zanja repleta de espadañas, casi no se ve el agua; no posee molinos ni saltos… Además, tiene varios nombres: al poco de nacer es conocido, sobre todo, como arroyo Bustillo, luego como río Navajos y al final más bien como Ahogaborricos. Pero no es más que una regla general salpicada de excepciones. Incluso antiguamente también se le conocía como Valdeduey.
La desembocadura no es para extasiarse, aunque ahora, con todo pintado de verde, resulta agradable: el río tributario entra formando un ángulo agudo empujando la corriente del principal, el Valderaduey. Se puede acceder desde Villalpando; la confluencia está muy cerca de la carretera hacia Quintanilla del Olmo.
Para remate, se trata de una desembocadura artificial: en un mapa de 1935 vemos cómo nuestro río tributaba sus aguas al Valderaduey unos 2 km más abajo. Resulta que movieron el Valderaduey para hacerlo pasar por donde hoy desemboca el pobre Ahogaborricos. Total que éste, al seguir siendo el tributario, fue acortado en 2 km. Cosa normal en los ríos de Tierra de Campos, que han sido desplacados de sus cauces originales para evitar crecidas peligrosas.
Montes de Campos
Salimos de Cabreros del Monte. Pasamos por Quintanilla del Monte. Los nombres no mienten. Sin duda, en todo este territorio hubo, antiguamente, un monte de buena extensión que dio el apellido a estas localidades. Y en nuestro camino encontramos la confirmación, pues pasamos por el Valle que es, precisamente, la única zona con cierto desnivel en todo nuestro trayecto. Razón por la cual –no se puede trabajar bien la tierra- se dejó como en un principio, dedicada a monte de encina.
El Valle es, por cierto, una precioso paraje: contrasta vivamente con la horizontalidad de los campos adyacentes, posee una pequeña cima e incluso una portilla, además de un coqueto valle. Está dedicado al pastoreo.
Aguas corrientes…
Otra grata sorpresa fue el descubrimiento de la fuente de la Reguera, en Cabreros. Antiguamente era la fuente del pueblo, pues aunque la localidad tiene abundantes lagunas y charcas, carecía de agua corriente. Se encuentra en la zona de los Cercados (palomares con almendros y majuelos con cercas de barro) y es un manantial en forma de pozo y techado con bóveda de medio punto en piedra. Merece la pena acercarse a verla. Hoy es prácticamente un pozo, pues ha bajado notablemente el nivel freático.
También pasamos junto al a fuente que da al regato de la Gata, muy cerca del caserío de Zalengas. El resto de nuestras fuentes fueron más bien urbanas.
Aquí podéis ver la excursión en wikiloc grabada por el GPS de Miguel Ángel.
Continuamos en la próxima entrada….
