El antiguo término municipal de Fuentes de Duero lo contiene todo: río con deliciosas alamedas, una pesquera, fuentes, lagunas, canales y acequias, encinas centenarias, monte de robles y sabinas, pinarillos, cerros y páramo, cañadas reales, un viejo olivar, viñedos, una olvidada vía férrea con su puente de hierro, una torre defensiva, una ermita románica… ¿se puede pedir más en un pequeño territorio que no llegará a los 15 km2?
E historia, también posee historia porque las primeras referencias documentales datan del año 1200, si bien la iglesia románica parece anterior a esa fecha. El término dibuja un triángulo: la base, por el sur, es el Duero, aunque también tiene una franja de terreno en la orilla izquierda de este río, por el este limita con Tudela y por el oeste con La Cistérniga. El punto más alto del triángulo se denomina las Cuatro Rayas (de Fuentes, Tudela, Renedo y La Cistérniga). Precisamente en ese punto se encuentra la pequeña zona de páramo y el peculiar cerro de las Encinas, desde el que se domina todo Fuentes a la perfección además de buena parte del paso del Duero por Valladolid.

Encina junto a la vía de Ariza
Desde este cerro en dirección al sureste nos topamos con uno de los pocos olivares que hay en nuestra provincia. Y en dirección suroeste, la cañada real leonesa nos lleva hasta los Pinos Altos y luego, siguiendo la acequia de la Almenara, llegaríamos hasta la pesquera de Herrera.
Preciosos montes de encina y roble con alguna sabina los tenemos en la zona limitada por el Duero, el término de Tudela y la vía de Ariza, pero también junto a la Almenara y a lo largo de toda la ribera. Y pinares en la Cabezada –el monte de la orilla izquierda del Duero- y en puntos de la ribera derecha. Los vamos a encontrar vallados, pues se utilizan para pastos de ganado vacuno. Con tanto monte y tanto agua, la fauna es abundante y variada. Por ejemplo veremos más de una garza imperial, que aquí cuenta con una colonia.

La torre
Del Canal hacia el Duero, buen terreno de regadío habitualmente verde. Y del Canal hacia el páramo, predominio de un precioso y ondulado campo de secano. Toda la ribera es un verdadero vergel, sobre todo en verano.
La localidad, hoy Caserío de Fuentes, se encuentra junto a la iglesita de Santiago. Al lado, en medio de un sembrado, los hombres y el tiempo han respetado un crucero de piedra, y cerca del río se levanta la torre defensiva que controlaba el paso del Duero en barca. Es, casi, un auténtico castillo. En otro tiempo estuvo almenada y más tarde se convirtió en silo y palomar. Pero hoy todavía podemos ver su porte y su interior; algunas ventanas son como las de cualquier castillo: cuentan con dos poyos o asientos a los lados que permiten sentarse para mirar por la ventana y hablar con otra persona sentada enfrente. No sé si tienen nombre en castellano, pero en gallego se llaman parladoiros por razones evidentes. La puerta a ras de tierra es posterior pues, como buena torre defensiva, se impedía adecuadamente el paso al posible enemigo. También podemos ver los restos de una casa palaciega.

La fuente con el viejo lavadero
Cerca y protegida por dos hileras de chopos con abundante hiedra veremos también una fuente con lavaderos y abrevaderos. Hoy ya casi no se aprecia por la intrusión de la hierba, pero hasta hace muy pocos años se veía un hermoso lavadero. Menos mal que todavía fluye agua en abundancia y siguen creciendo los berros.
Y la pesquera, donde en otros tiempos las aceñas reducían a polvo el grano de cereal producido en los campos gracias a la fuerza del Duero. Pero fuente también hay en Los Lagares, en la Media Luna y en la ladera del Taragudo Alto; esta última –denominada de los Chopos- sigue manando en la orilla derecha del Canal, mientras sus escombros descansan a pocos metros en la orilla izquierda. Adivina lo que ocurrió al trazar el Canal…

Viniendo desde Tudela
Otro núcleo habitado estaba en Los Lagares, junto a la cañada real (o junto a la autovía, hoy). Como en el Caserío era complicado instalar bodegas debido a la altura del nivel freático, éstas se horadaron en el lugar que se llamaría, por tenerlos también, Los Lagares. Hoy continúa elaborando buen vino en estos lugares Bodegas Társila.
Fuentes ha visto pasar la historia por sus campos, pues era paso obligado desde Simancas o Valladolid hacia el Este. Si hoy lo atraviesan la autovía, el Canal, o la avejentada vía de Ariza, ayer lo cruzaron la calzada romana de Clunia, la senda de los Aragoneses y varias cañadas reales. Pero lo mejor es el Duero que –además de cruzarlo- lo ha diseñado y fabricado.

El Puente de Hierro
Y otro de los muchos lugares pintorescos del término lo tenemos en el Puente de Hierro –gracias al cual la vía salta el Duero- y sus alrededores. Una parte del término se explotó para la extracción de grava, razón por la cual han quedado unas inmensas lagunas en las que es habitual contemplar las más variadas aves acuáticas.
En fin, que tenía mucha razón don Pascual Madoz cuando allá por el siglo XIX definió este término como delicioso y pintoresco. Pero lo mejor es descubrirlo dando un garbeo. Para ello recomendamos el camino de sirga del Canal, o el que discurre junto a la vía de Ariza, o la cañada real leonesa también denominada de Pinos Altos, o…
