Quantcast
Channel: Valladolid, rutas y paisajes
Viewing all articles
Browse latest Browse all 770

Río Aliste

$
0
0

El Aliste y la Tierra de Alba, que es su continuación natural, constituyen una comarca zamorana que se encuentra al oeste de la provincia y al norte del Duero. Podíamos decir que las vertebra precisamente el río Aliste, que nace al poniente de la sierra de la Culebra y, tras 70 km de recorrido, desemboca en el Esla, confundido ya con el embalse de Ricobayo. Siendo un río de escaso caudal, ha modelado cantiles y pequeños barrancos, al menos en el breve recorrido que nosotros hemos realizado por sus riberas.

Barranco entre Fonfría y Vide

El Aliste es una comarca despoblada: hay grandes espacios entre las localidades y éstas se encuentran casi deshabitadas. En nuestro trayecto hemos visto muchos caminos abandonados, así como corrales y espacios que estuvieron cercados para producción agrícola o forestal. Hoy la maleza se extiende por doquier. No obstante, todavía quedan campos de cereal que bien por su suelo o por su desnivel no ofrecen grandes producciones. Abundan los bosques de roble y los castaños. Precisamente por todo esto, el lobo campea a sus anchas por el Aliste y la sierra de la Culebra, a pesar de que parte de su población tuvo que desplazarse lejos hace dos años a causa de los terribles incendios.   

Aquí, junto a Vegalatrave, el río va dejando de serlo para llamarse embalse

Del total de 41 km que hicimos, unos 18 fueron por la misma orilla del río –embalse, al principio- desde Vide a Gallegos. En la primera parte, ancho por el embalse, el cauce se retorcía en preciosos meandros entre montes y pequeños barrancos. Sobresalían las antiguas cortinas que separaban huertos y la línea de alisos, sauces, fresnos y chopos, se encontraba alejada de las aguas. Vide de Alba, visto desde el puente del embalse, bien podía parecer un luminoso pueblo pesquero en una cala del Mediterráneo. Así es también Zamora. El camino bajo las paredes de granito era una verdadera calzada empedrada. Rodábamos por tiempos pasados.

Pilares del antiguo puente de Domez

Habíamos llegado a Vide desde Fonfría, intentando seguir el valle del arroyo del Nogal, que se abre camino entre robles y praderas. Pero al llegar a la confluencia con el arroyo de Cervelliz, el camino desapareció, suponemos que por falta de uso. Al poco tomamos un camino a la izquierda para tomar otro que seguía el lomo del Montico Cabo. Al llegar a otra confluencia de arroyos y valles, nos ocurrió lo mismo, pero llegamos a retomar el viejo camino que nos llevó hasta un pequeño molino que dejó de funcionar ha muchos años. Estaba literalmente invadido de árboles y arbustos, pero pudimos ver la balsa y el edificio molinero. Las construcciones en esta comarca son de una piedra negruzca, pizarra, que da a todo un cierto aire sombrío y un tanto lúgubre. Salimos del valle cuesta arriba para caer, finalmente, en Vide de Alba.

Cerca de Samir de los Caños

Después, en Vegalatrave el río había formado amplias praderas y los paisanos utilizan aún esos rústicos pasos por los que se va saltando de piedra en piedra para cruzar el río.

El camino a Domez –también conocido como Lavillanal– continuaba por la orilla del río, disfrutando de su frescor. Parecía que aún estábamos en primavera, pues se sucedían prados y arbustos verdes, y algunas huertas que antaño tuvieron norias. Tras visitar la localidad, sus casas tradicionales, sus puentes y vados con piedras pasaderas, y su iglesia, volvimos al camino de la ribera izquierda que, cuando se estaba empezando a poner intransitable, un puente nos llevó a la orilla derecha, donde mejoró notablemente. Y así hasta Gallegos del Río, donde éste recibía a los ríos Mena y Frío.

En la Malladica

Un error al salir de esa localidad nos llevó de vuelta hasta Domez por la carretera, donde tomamos el camino del Contrabando entre dos urrietas. Luego, por colinas y valles con vegas y bosques, fuimos cayendo hasta Samir de los Caños donde, efectivamente, pasamos al menos por tres hermosas fuentes con sus caños y abrevadero.

Atravesando sembrados de cereal y más bosques de robles, llegamos al monte de la Malladica, desde donde se adivinaban los valles del Duero y del Aliste. Un poco más y estábamos en Fonfría; preguntamos por esta fuente que da nombre al pueblo y resultó que había sido trasladada hasta la plaza en una de las ampliaciones de la carretera general. La verdad es que el agua no estaba tan fría como esperábamos.

Aquí puede verse el trayecto seguido, de unos 41 km.                


Viewing all articles
Browse latest Browse all 770

Trending Articles